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Soy Pilar y les cuento sobre mí

Mi nombre es Pilar Benzi, y hoy quiero contarles un poco sobre mí. ⠀

Mi crianza y las vivencias de mi niñez fueron bien de pueblo: vengo de una familia de pequeños y medianos productores santafesinos.⠀

Mis juegos siempre giraban en torno a la cocina, “de mentirita”, como solía decir. Tortitas de barro, bolitas de paraíso. ⠀La música, las películas y el deporte, también fueron constantes compañeros en mi infancia.⠀

He trabajado siempre en Servicio de Salud y en Turismo como licenciada en Nutrición. ⠀
De alguna manera mis proyectos se canalizan por ese camino. ⠀

Estoy convencida de que la nutrición no engloba tan solo al cuerpo. Los sabores, aromas, texturas y sonidos, nos conectan con situaciones afectivas que nutren el alma. ⠀
Son detonantes de recuerdos que concluyen en emociones y sensaciones. ⠀

Mi principal objetivo a la hora de pensar “El Mercado”, es revalorizar los productos provenientes de pequeños y medianos productores, que amen y respeten su trabajo. Que logren calidad constante y sostenida, conservando los sabores genuinos de la naturaleza. ⠀

Trabajo, dedicación, capacitación, cuidado del medio ambiente y mucho amor. ⠀
A esto yo lo llamo Nutrición 💙⠀

MIX DE HIERBAS SERRANAS HUME: respeto por la tierra y la vida

Los pueblos Comechingones, que habitaron las sierras de Córdoba, respetaban la tierra y sus frutos; con los años aprendieron a curar el cuerpo y el alma, bebiendo infusiones de hierbas que encontraban en el lugar. Armaban rondas y bebían todas las semanas una hierba distinta para purificarse.
HUME busca recuperar la filosofía de nuestros nativos, el respeto por la tierra y la vida. Honrar los hábitos saludables es reverenciar nuestro entorno y nuestro planeta.

Así nace este producto que ofrezco en “El Mercado”: un mix de hierbas naturales con características anglo nativas. Su nombre «Hume» evoca la colonia Inglesa que habita en La Cumbre, con su costumbre y tradición de sentarse a tomar el té. Con contenido nativo y espíritu Comechingón, por su composición (hierbas del lugar sierras de Córdoba). En presentaciones distintas para que elijas la que más te guste: en pote de cartón para regalar o decorar, en bolsas para reponer o llenar tus propios envases.
El suico es cosechado al caminar por el monte, al amanecer. Disfruto mucho de su recolección, siempre con cuidado de no sacar la planta de raíz, para asegurarnos su continuidad. Luego es clasificado, eligiendo minuciosamente cada planta y seleccionando las mejores. Finalmente, es puesto a secar hasta ser parte de nuestro mix  junto a otras hierbas de la zona. El suico es muy aromático (entre la vainilla y el limón); tiene un ciclo corto desde que crece hasta su floración y luego, con las primeras heladas desaparece.

Lavandas de la plantación local, melisa, poleo y tilo, cuidadosamente elegidos, recolectados y clasificados con el mayor respeto a sus generosas propiedades.

Lavandulae officinalis, lavandula vera, o lavandula agustifolia. Su nombre científico proviene del verbo en latín lavare, porque esta flor ayuda a lavar las heridas tanto físicas como emocionales. Entre sus generosas propiedades se encuentran la de ser digestiva y aliviar el insomnio.

Esta combinación tiene propiedades sedantes, entre otras, pero lo más importante es que es muy rico, agradable de beber y fácil de preparar.

Ritmos, procesos, estaciones y tiempos. La naturaleza nos va mostrando el camino, si la sabemos acompañar.⠀

Lavanda, suico, melisa, poleo y tilo: de las sierras a tu taza.⠀

 

Torta galesa: su historia combinada con la mía

¿Sabías que, al contrario de lo que su nombre parece indicar, la torta galesa es argentina?
Fruto del ingenio de los colonos galeses que poblaron nuestra Patagonia, y que, aprovechando los escasos recursos con los que contaban, supieron crear esta torta de alto valor calórico y larga perdurabilidad, condiciones indispensables para la vida en estas nuevas tierras. A nuestras manos llega esta receta a través de Monty Miller, que con su entusiasmo logró transmitirnos su conocimiento e infinitas historias.

Gran parte del espíritu de esta torta, es la generosidad con la que me trasfirieron su receta, y seguramente, sea uno de los ingredientes secretos que la vuelve tan especial.
Lo que le aporta ese toque único a los procedimientos, es la historia que traen detrás, y cómo esta fue pasando de mano en mano, generando cada vez nuevas vivencias y recuerdos. Un “gracias” enorme siempre a Monty Miller por compartirlos. 

Con el mismo espíritu de ilusión y paciencia con que los colonos dejaron el puerto de Liverpool allá por el año 1865, enfrentando un viaje de dos meses hacia nuestra Patagonia, es que iniciamos su proceso de preparación, cuidando cada detalle y cada ingrediente para que llegue a tus manos siendo un homenaje a nuestros inmigrantes galeses.  La receta contiene: ciruelas e higos secos, pasas de uva (rubias y negras) ,cáscara de naranjas maceradas en ron , azúcar mascabo, melaza, harina, manteca, huevos y una mezcla de especias dulces y picantes (canela, nuez moscada, pimienta de jamaica, clavo de olor, jengibre y coriandro).

Esta torta es protagonista de una tradición de boda, en la cual se conserva durante un año parte de la torta que los novios irán compartiendo mes a mes, en cada aniversario. Hay muchas variantes de la misma receta.

De una textura firme y muy armónica, con presencia de aromas intensos como su color, el sabor es una mixtura perfecta que invita a descubrir más en cada bocado. Se sirve acompañada de mermelada de naranjas casera, aportando la acidez perfecta que tanta dulzura necesita para equilibrarse en una degustación de máximo placer. Te recomendamos acompañarla con alguna infusión suave, de tantas que tenemos para ofrecerte en “El Mercado” y si te gusta el café, también combina muy bien.

Si querés llevarla para regalo o recuerdo, tiene un envase muy original, que a la vez de ser estético, guarda las propiedades de esta exquisitez por más tiempo. Ideal para presentes…para hacer sentir que pensaste en esa persona mientras estuviste de paseo.
Animate a probar y a regalar esta fusión única de sabores.

 

 

Brislé: Galletas de tradición suiza, recuerdos de infancia y armonía serrana

La fuerte presencia de la naturaleza en este entorno fue determinante al momento de elegir La Cumbre como lugar para vivir. El ritmo de vida de las sierras cordobesas se ve reflejado en cada aspecto de mi trabajo y es lo que busco transmitir a través de mis productos. 

Mi relación con la cocina surge de la mano de mi abuela Nelly, quien, con libertad y complicidad, logró contagiarme el amor por esta tarea, que años más tarde se convertiría en mi profesión. Con este espíritu invito desde El Mercado, a conocer y a probar una de sus recetas: las galletitas Brislé, de tradición suiza, transmitidas en mi familia de generación en generación y hoy presentes gracias al espíritu y al entusiasmo que ella con su sabiduría, me supo inculcar!
Amante desde chica de los aromas. Convencida de su poder de transmitir vivencias y evocar los recuerdos más lejanos, como colocar la masa en los moldes, y en el mismísimo instante en el que el fuego comienza a transformar los ingredientes en galletas; verme transportada una vez más a la cocina de mi abuela, con toda su calidez y su ternura; mi infancia entera en ese clima acogedor donde aprendí a crear con la absoluta libertad que supo darme. Hoy trato de recrear todas esas sensaciones en cada detalle de mi trabajo. 

¿Querés conocer la historia detrás de estas galletas?
Abstraída en la cocina de campo, jugaba a crear.  Seleccionaba cuidadosamente la materia prima: «huevos de gallinas felices» expresaba mi abuela. Entre charlas, mezclas y batidas, con entusiasmo, perdíamos la noción del tiempo.  Aromas y sabores de infancia. 
El resultado…una tentación equilibradamente dulce y de textura placentera. Si las probás…me vas a entender. 

Ahora te cuento el porqué del diseño de su envase. A través de la experiencia me dí cuenta de que en un formato tubo, las galletas quedarían acomodadas y resguardadas, permitiendo que sean trasladadas en perfectas condiciones. Para elegir los colores tuve en cuenta lo sensorial: el plateado para una galleta de textura fina, con notas cítricas, que evocan frescura. Para la etiqueta tenía muy en claro desde un principio que quería que tuviera la imagen de la galleta y las banderas (suiza y argentina) recordando su origen. El diseño general lo hizo Nano Barreto, a quien dejé jugar con mis ideas con total independencia y quien supo interpretar a la perfección lo que quería. Llegó el momento de aplicar las técnicas de impresión: gracias Agus y Maxi por tan excelente trabajo. En el interior de la tapa puede leerse la historia de mi abuela Nelly, mi gran fuente de inspiración en este camino que estoy recorriendo. El packaging está pensado para ser adaptado como regalo empresarial: se puede hacer personalizado, garantizando que llegue seguro de su lugar de producción hasta las manos del consumidor. 

Los ingredientes…

Manteca, harina, azúcar, huevos, limón, naranja. Las galletas Brislé son mucho más que la suma de todos sus ingredientes. En su preparación contienen cada tarde de mi infancia, cada paso de mi vida, una evolución que fui aplicando para llegar a un resultado óptimo.

Hoy en mi cocina y con la ayuda de Lore, hacemos todo el proceso del trabajo: desde rallar los cítricos, hasta el momento del envasado. Las “brisleras”, son copias fieles de la original que usábamos con mi abuela y adaptadas para utilizar en la cocina a gas, facilitando su manejo. La matriz hecha por mi padre y en fundición en la herrería del pueblo.
En el proceso de preparación modifiqué algunos pasos intentando minimizar la manipulación de la masa en tiempo y forma, ya que la misma contiene importante cantidad de manteca. Intentando profesionalizar el proceso he dejado atrás el legado de hacer minúsculas bolitas de masa con las manos, tarea que nos llevaba mucho tiempo.

Me encanta compartir mis historias, que las hagan parte de la suya a través de mis productos. Si no las probaste, te invito a que pases a conocerlas.

 

 

El Mercado + El Museo de Motos y Bicicletas

Somos dos hermanos, Pilar y Lisandro, con muchas ganas de emprender, cada uno con su propuesta y a su manera, aunque sabiendo complementarnos para lograr un servicio donde la historia, la gastronomía, el diseño y las pasiones individuales se ensamblan con el entorno serrano.

Emplazados en Cruz Grande, en un espacio enmarcado de naturaleza, ofrecemos productos de elaboración casera y primerísima calidad, ideales para llevar de regalo o consumir en nuestra Casa de Té.
Hay tanto por descubrir y asombrarse. Por ejemplo, el cartel que está en el ingreso indicando “Museo de Motos y Bicicletas” es el resultado del trabajo en conjunto de distintas personas que hicieron su aporte para lograr que fuera mucho más que un simple cartel! Con el diseño de mi padre, Mario Benzi y el trabajo de herrería de un vecino de mi pueblo, San Martín de las Escobas, en la provincia de Santa Fe.
La moto que está en la puerta del Museo, es una escultura del artista rosarino Eduardo Ferraro, que imita una Harley Davison del año 1947. La base que la sostiene es un gato de ferrocarril inglés del año 1913, un hallazgo de mi hermano Lisandro en 2002, el año en el que se comenzaron los trabajos de restauración, refacción y construcción. Un largo camino recorrido hasta el presente, una fecha para ser atesorada como punto de partida de nuestros logros.
Los vidrios de la puerta de ingreso del Museo fueron esmerilados artesanalmente por mi padre, con las iniciales de nuestros cuatro abuelos en sus vidrios: Nélida y Osvaldo, Juana y Miguel. Ellos marcaron nuestra infancia, siendo grandes inspiradores, tanto para mi hermano Lisandro como para mí. Vivencias transcurridas en un pueblo de campo del litoral.

En “El Mercado” cada objeto tiene una historia. Cada producto que tenemos a la venta fue elegido y seleccionado cuidadosamente por un motivo especial, por su calidad única y sus características tan acordes a nuestra esencia. Eso es lo que intentamos transmitirte con cada narración y cada gesto.
Cada detalle te cuenta una historia. Como las réplicas a escala de antiguos surtidores de combustibles, hechas a mano por mi padre.
Aquí conviven el pasado y el presente, en una armonía perfecta. Donde lo antiguo se renueva dándole su impronta a las nuevas creaciones que van surgiendo.
Otra historia atesora el portal creado por mi padre, Mario Benzi, y que replicó en distintas piezas, tanto en cerámica como en madera. ⠀
El vitraux que es parte del “decorado” es obra de Noemí Perotti de Piatti y su esposo, amigos de mis padres, de Cañada Rosquín, en la provincia de Santa Fe, y fue un presente para la familia, para nuestro nuevo emprendimiento, cuando aún era un proyecto en nuestras vidas. Está colocado en “El Mercado” de tal manera que, a cierta hora del día, deja entrar la luz, iluminando el ambiente de forma única.
“El Mercado” es mi lugar. Un espacio en constante cambio y movimiento. Un ambiente que se adapta a mí como yo me adapto a él.
Con el mismo espíritu de juego que me transmitió mi abuela, acomodo cada objeto y cada producto para crear un contexto agradable y acogedor. Muchas veces recibo consejos y miradas nuevas.

Hobbies que hoy hacen a nuestra calidad de vida. Todo, todo tiene una historia por contar. Pasá a escucharlas. Nosotros las compartimos encantados.

Cómo llegar a La Cumbre

Desde Córdoba, cruzando el Camino del Cuadrado, girás hacia la derecha cuando llegas a Valle Hermoso. Desde allí continuá por la ruta 38 y llegarás en breve. También podés tomar la variante Costa Azul y continuando por ruta 38 son menos de 100 Km. desde Córdoba capital.