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Brislé: Galletas de tradición suiza, recuerdos de infancia y armonía serrana

La fuerte presencia de la naturaleza en este entorno fue determinante al momento de elegir La Cumbre como lugar para vivir. El ritmo de vida de las sierras cordobesas se ve reflejado en cada aspecto de mi trabajo y es lo que busco transmitir a través de mis productos. 

Mi relación con la cocina surge de la mano de mi abuela Nelly, quien, con libertad y complicidad, logró contagiarme el amor por esta tarea, que años más tarde se convertiría en mi profesión. Con este espíritu invito desde El Mercado, a conocer y a probar una de sus recetas: las galletitas Brislé, de tradición suiza, transmitidas en mi familia de generación en generación y hoy presentes gracias al espíritu y al entusiasmo que ella con su sabiduría, me supo inculcar!
Amante desde chica de los aromas. Convencida de su poder de transmitir vivencias y evocar los recuerdos más lejanos, como colocar la masa en los moldes, y en el mismísimo instante en el que el fuego comienza a transformar los ingredientes en galletas; verme transportada una vez más a la cocina de mi abuela, con toda su calidez y su ternura; mi infancia entera en ese clima acogedor donde aprendí a crear con la absoluta libertad que supo darme. Hoy trato de recrear todas esas sensaciones en cada detalle de mi trabajo. 

¿Querés conocer la historia detrás de estas galletas?
Abstraída en la cocina de campo, jugaba a crear.  Seleccionaba cuidadosamente la materia prima: «huevos de gallinas felices» expresaba mi abuela. Entre charlas, mezclas y batidas, con entusiasmo, perdíamos la noción del tiempo.  Aromas y sabores de infancia. 
El resultado…una tentación equilibradamente dulce y de textura placentera. Si las probás…me vas a entender. 

Ahora te cuento el porqué del diseño de su envase. A través de la experiencia me dí cuenta de que en un formato tubo, las galletas quedarían acomodadas y resguardadas, permitiendo que sean trasladadas en perfectas condiciones. Para elegir los colores tuve en cuenta lo sensorial: el plateado para una galleta de textura fina, con notas cítricas, que evocan frescura. Para la etiqueta tenía muy en claro desde un principio que quería que tuviera la imagen de la galleta y las banderas (suiza y argentina) recordando su origen. El diseño general lo hizo Nano Barreto, a quien dejé jugar con mis ideas con total independencia y quien supo interpretar a la perfección lo que quería. Llegó el momento de aplicar las técnicas de impresión: gracias Agus y Maxi por tan excelente trabajo. En el interior de la tapa puede leerse la historia de mi abuela Nelly, mi gran fuente de inspiración en este camino que estoy recorriendo. El packaging está pensado para ser adaptado como regalo empresarial: se puede hacer personalizado, garantizando que llegue seguro de su lugar de producción hasta las manos del consumidor. 

Los ingredientes…

Manteca, harina, azúcar, huevos, limón, naranja. Las galletas Brislé son mucho más que la suma de todos sus ingredientes. En su preparación contienen cada tarde de mi infancia, cada paso de mi vida, una evolución que fui aplicando para llegar a un resultado óptimo.

Hoy en mi cocina y con la ayuda de Lore, hacemos todo el proceso del trabajo: desde rallar los cítricos, hasta el momento del envasado. Las “brisleras”, son copias fieles de la original que usábamos con mi abuela y adaptadas para utilizar en la cocina a gas, facilitando su manejo. La matriz hecha por mi padre y en fundición en la herrería del pueblo.
En el proceso de preparación modifiqué algunos pasos intentando minimizar la manipulación de la masa en tiempo y forma, ya que la misma contiene importante cantidad de manteca. Intentando profesionalizar el proceso he dejado atrás el legado de hacer minúsculas bolitas de masa con las manos, tarea que nos llevaba mucho tiempo.

Me encanta compartir mis historias, que las hagan parte de la suya a través de mis productos. Si no las probaste, te invito a que pases a conocerlas.